martes, 24 de mayo de 2011

QUE ES RECONOCIMIENTO DE EMOCIONES AJENAS

 Las relaciones sociales se basan muchas veces en saber interpretar las señales que los demás emiten de forma inconsciente y que a menudo son no verbales. El reconocer las emociones ajenas, aquello que los demás sienten y que se puede expresar por la expresión de la cara, por un gesto, por una mala contestación, nos puede ayudar a establecer lazos mas reales y duraderos con las personas de nuestro entorno. No en vano, el reconocer las emociones ajenas es el primer paso para entenderlas e identificarnos con ellas.


El proceso de cambio terapéutico implica un movimiento que va desde la evitación, la evaluación negativa o las reacciones emocionales excesivas, a una actitud de reflexión, aceptación y transformación. "Cuando el enfado o la vulnerabilidad se reconocen, se convierten en información y en recursos internos. Los actos de aproximación, de atender y de aceptar verdaderos, o de evaluar positivamente los sentimientos llevan a su transformación" . En el caso del autoengaño, la re-incorporación de la experiencia emocional previamente disociada promueve su asimilación y activa plenamente la memoria emocional, organizando mejor dicha experiencia en el conciente, donde ésta puede ser simbolizada en el darse cuenta, haciéndose más comprensible. De esto se desprende además, que lo fundamental no es el proceso de hacer conciente lo inconciente, sino la posibilidad de reapropiación de la experiencia disociada, que es lo que permite el fortalecimiento del sí mismo.

La imagen quiere decir que talvez algunos tengamos diferentes emociones pero debemos de respetarlas  y ser mas abierto a lo que los demas piensen y sientan  

 

RELACIONES INTERPERSONALES


La comunicación no es sólo una necesidad humana sino el medio de satisfacer otras muchas.La capacidad de comunicación interpersonal no debe medirse exclusivamente por el grado en que la conducta comunitaria ayuda a satisfacer las propias necesidades, sino también por el grado en que facilite a los otros la satisfacción
Las relaciones interpersonales constituyen, pues, un aspecto
básico en nuestras vidas, funcionando no sólo como un medio para alcanzar determinados objetivos sino como un fin en sí mismo (Monjas, 1999). Por tanto, la primera conclusión a la que podemos llegar es que la promoción de las relaciones interpersonales no es una tarea optativa o que pueda dejarse al azar.

Desde el campo psicoeducativo estamos viviendo un interés creciente por la llamada educación emocional. Autores como Gardner (1995) a través de las Inteligencias Múltiples y Goleman (1996) con su concepto de Inteligencia Emocional, han inclinado sensiblemente la balanza ante los aspectos emocionales del individuo. La extensa obra de estos y otros autores (Pelechano, 1984; Mayer, Caruso y Salovey, 1999) afirman con rotundidad que el éxito personal ya no depende tanto de nivel de inteligencia lógico-matemática como de las habilidades que el individuo tenga para manejar contextos interpersonales.

Si esto es así, la consecuencia es clara: hemos de educar a las futuras generaciones en habilidades como la empatía, la resolución de conflictos interpersonales, el manejo de sus sentimientos y emociones, el control de la ansiedad, la toma de perspectiva y estrategias comunicativas, ya que les estaremos preparando para el éxito, entendido éste como un elemento que contribuye a una mayor calidad de vida.



la educación emocional tiene como objetivo último potenciar el bienestar social y personal, a través de un proceso educativo continuo y permanente que aúne el crecimiento emocional y el cognitivo, porque ambos son necesarios para el desarrollo de la personalidad integral.

De acuerdo con este autor, la educación emocional facilita actitudes positivas ante la vida, permite el desarrollo de habilidades sociales, estimula la empatía, favorece actitudes y valores para afrontar conflictos, fracasos y frustraciones y, en definitiva, ayuda a saber estar, colaborar y generar climas de bienestar social.







Obviamente, todo lo anteriormente expuesto en términos generales para cualquier individuo, es igualmente válido para una persona con síndrome de Down. Los niños, adolescentes y jóvenes adultos con síndrome de Down se están incorporando paulatinamente a la sociedad con un papel activo: se incorporan a la escuela ordinaria, acceden al trabajo normalizado, frecuentan los espacios de ocio y deportivos del barrio, son consumidores de servicios de salud, cuidado personal y estética, participan en grupos parroquiales, etc. En definitiva, están normalizando su vida en los diferentes ámbitos o esferas que esta vida presenta.

Esta imagen la escogimos por que podemos relacionarnos con cualquier persona y compartir puntos de vista y poder conocer mas a la gente

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